LANOTA.– En medio de crecientes tensiones internacionales, la Armada de Estados Unidos llevó a cabo un ataque letal contra un buque cerca de la costa de Venezuela, resultando en la muerte de cuatro presuntos narcoterroristas. La operación, realizada bajo órdenes del expresidente Donald Trump, ha generado más preguntas que certezas, cuestionando la legitimidad y proporcionalidad de la acción en aguas internacionales.
JUSTIFICACIÓN MILITAR Y OPINIÓN CRÍTICA
Según Washington, el buque transportaba “cantidades sustanciales de narcóticos” con destino a Estados Unidos y los ocupantes eran narcoterroristas. Sin embargo, analistas advierten que las afirmaciones oficiales carecen de pruebas públicas verificables, y que la operación podría interpretarse como una intervención unilateral en territorio marítimo sensible, ampliando el riesgo de confrontaciones con países soberanos.
VENEZUELA ALERTA SOBRE VIOLACIÓN DE SOBERANÍA
El gobierno venezolano denunció el ataque como una incursión ilegal y una amenaza a la paz regional, recordando que las aguas internacionales cercanas a su costa son monitoreadas pero sujetas a tratados internacionales que limitan el uso de fuerza extranjera. Expertos advierten que estas acciones no solo alteran la estabilidad del Caribe, sino que podrían sentar un peligroso precedente para futuras operaciones militares sin supervisión multilateral.
UN PATRÓN DE INTERVENCIONES CONTROVERTIDAS
El incidente se suma a una serie de despliegues navales y operaciones militares estadounidenses en América Latina, muchas veces justificadas bajo el argumento del combate al narcotráfico. Críticos señalan que estas acciones parecen priorizar intereses estratégicos y geopolíticos sobre la cooperación internacional y la legalidad, aumentando la percepción de agresión y desconfianza hacia la política exterior estadounidense en la región.
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