LANOTA.- La madrugada en La Ruana volvió a teñirse de sangre. En el mismo poblado michoacano donde hace más de una década nació el movimiento de autodefensas, fue asesinado Alejandro Torres Mora, sobrino del exlíder Hipólito Mora, durante un ataque armado que, según su familia, fue una emboscada directa en su domicilio.
LA MADRUGADA DE LOS DISPAROS
Eran los primeros minutos del sábado cuando un tiroteo estremeció a los vecinos de Felipe Carrillo Puerto, nombre oficial de la localidad conocida simplemente como La Ruana, en el municipio de Buenavista. Los primeros reportes apuntaban a un enfrentamiento entre civiles armados y elementos del Ejército mexicano, sobre las calles Mártires de Uruapan y Melchor Ocampo.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE), soldados y policías realizaban tareas de investigación cuando fueron atacados. En el fuego cruzado resultaron heridos un elemento del Ejército y otro de la Secretaría de Seguridad Pública. Dos civiles perdieron la vida, y —según la versión oficial— aún no habían sido identificados.
LA VERSIÓN DE LA FAMILIA
Pero para Guadalupe Mora, hermano de Hipólito y jefe de tenencia de La Ruana, la historia es otra. Asegura que su sobrino no participó en ningún enfrentamiento: “Le cayeron a mi sobrino y a su esposa en su casa. Son mentiras que haya sido un tiroteo con el Ejército. Ya los tenemos (a Los Viagras) dentro de La Ruana otra vez”, declaró a Quadratín.
Según Guadalupe, Alejandro acababa de concluir una actividad cultural en la comunidad cuando fue sorprendido por un grupo armado. En el ataque también habría muerto su esposa.
LOS VIAGRAS, DE NUEVO EN LA MIRA
El señalamiento no es menor. El grupo criminal Los Viagras, que surgió tras la fragmentación de los grupos de autodefensa, ha sido acusado reiteradamente por la familia Mora de mantener el control territorial en Buenavista y zonas vecinas.
Fueron ellos —insiste Guadalupe— los responsables también del asesinato de Hipólito Mora en junio de 2023, cuando el exlíder fue emboscado junto con sus escoltas mientras circulaba en su vehículo blindado.
UNA FAMILIA MARCADA POR LA VIOLENCIA
El asesinato de Alejandro Torres Mora marca el tercer homicidio dentro de la familia Mora en poco más de una década. En 2014 fue ejecutado Manuel Mora, hijo de Hipólito, en un ataque armado. Nueve años después, el propio Hipólito cayó abatido, y ahora su sobrino.
La Ruana, símbolo de resistencia civil contra el crimen organizado, parece haber vuelto al punto de partida: un pueblo atrapado entre los fantasmas del pasado y la violencia del presente.
Mientras las autoridades mantienen la versión de un enfrentamiento y los cuerpos siguen en el Servicio Médico Forense, la familia Mora sostiene su verdad: que no fue un fuego cruzado, sino un ataque directo.
Un mensaje, quizá, para quienes alguna vez se atrevieron a desafiar a los cárteles en su propio territorio.
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