El crimen que silencia a todos: dudas y ejecuciones tras la muerte de Carlos Manzo

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Dos jóvenes vinculados con el asesino de Carlos Manzo fueron ejecutados.

Dos jóvenes vinculados con el asesino de Carlos Manzo fueron ejecutados.

LANOTA.MX–  La carretera que une Uruapan con Paracho amaneció con un silencio extraño el lunes. Entre los pinos de Capácuaro, donde el olor a resina suele ganarle al ruido de los motores, apareció lo que muchos en la región temían desde la noche en que asesinaron al Alcalde Carlos Manzo: más cuerpos, más pistas que no llevan a ningún lado, más jóvenes ejecutados antes de poder decir una palabra.

Los restos de dos muchachos —uno de ellos, según los primeros reportes, apenas de 16 años— quedaron expuestos a un costado del asfalto. La Fiscalía General del Estado llegó temprano, pero la noticia viajó más rápido que las patrullas. Al caer la tarde del martes, el propio Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ya lo confirmaba: eran los otros dos que acompañaron al autor material del asesinato de Manzo.

TRES VOCES SILENCIADAS

Tres silencios, tres muertes que cierran la boca a quienes quizá podrían explicar qué ocurrió realmente aquella noche del 1 de noviembre, en la plaza principal de Uruapan. Ahí, bajo las luces públicas y frente a decenas de personas, un menor de 17 años, Miguel Ángel Ubaldo Vidales, disparó contra el alcalde. Y apenas segundos después, cuando ya estaba sometido por los propios escoltas municipales, cayó muerto él también.

La escena no tuvo tiempo de convertirse en interrogatorio, ni en expediente: el principal sospechoso murió antes de hablar.

Las autoridades repiten que la historia es clara. Tanto el Gobernador como el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aseguran que la información sobre los otros dos ejecutados ha sido revisada, cruzada y confirmada. Pero para los habitantes de Uruapan —acostumbrados a escuchar versiones incompletas— las certezas oficiales conviven con una sensación de vacío: tres involucrados, tres muertos, ninguna respuesta.

REUNIONES Y PROMESAS

Mientras tanto, el Gabinete de Seguridad se desplazó a la región, donde las tensiones son más antiguas que este crimen. La reunión con la presidenta municipal Grecia Quiroz —viuda de Manzo— y productores de aguacate dejó una promesa formal: reforzar la vigilancia, contener la extorsión, cerrar filas en una zona históricamente golpeada.

“En Uruapan nos reunimos para reforzar la vigilancia y atender necesidades de la población”, escribió García Harfuch. Fuera de los comunicados, sin embargo, lo que persiste es la escena en Capácuaro: dos cuerpos tirados al borde del bosque, dos jóvenes que completan una historia donde el asesinato del alcalde solo ha dejado muertos, no verdades.

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