LANOTA.MX.– Claudia Sheinbaum no ocultó su molestia ante los cuestionamientos sobre dos temas que dominaron la agenda del día: los aranceles del 25% al acero y aluminio mexicanos que Donald Trump impondrá en breve, y la controvertida exoneración del general Salvador Cienfuegos.
Visiblemente incómoda, la presidenta respondió con firmeza cuando se le preguntó sobre la decisión del republicano de aplicar estos aranceles. “Vamos a esperar a que lo anuncie Trump”, dijo, tratando de mantener la calma. Sin embargo, reveló que en una conversación reciente, el expresidente estadounidense le aseguró que habría una pausa de un mes antes de que la medida entre en vigor.
El sector siderúrgico mexicano ya ha expresado su preocupación por el impacto económico de esta decisión. Aunque Sheinbaum evitó hablar de represalias comerciales, su tono reflejaba el malestar que esta situación genera en su administración.
En la misma charla con Trump, la mandataria confirmó que el republicano le pidió el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur para contener la migración y el tráfico de fentanilo. México accedió, pero a cambio, Sheinbaum dijo haber exigido a Trump un mayor control sobre la venta ilegal de armas que terminan en manos de los cárteles. Sobre la respuesta del estadounidense, no dio detalles.
CIENFUEGOS: SHEINBAUM ECHA LA BOLITA A LA FGR
El tema del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, también desató tensión en la conferencia. Cuestionada sobre su liberación en México tras haber sido detenido en 2020 en Estados Unidos por presuntos nexos con el narcotráfico, Sheinbaum fue tajante: “No hubo elementos para enjuiciarlo”.
Sin intención de ahondar más en el tema, dejó la respuesta final en manos de la Fiscalía General de la República: “Mañana el fiscal general Alejandro Gertz Manero dará respuesta a todo lo relacionado con el caso Cienfuegos”, dijo con evidente incomodidad.
La exoneración del general ha sido un tema polémico desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando México presionó a EE.UU. para que fuera liberado, argumentando que las acusaciones carecían de pruebas. Sin embargo, la decisión de la FGR de cerrar el caso sin proceder contra Cienfuegos ha sido interpretada por muchos como un gesto de respaldo al Ejército.
Ahora, con el tema de vuelta en la opinión pública, la administración de Sheinbaum enfrenta nuevamente los cuestionamientos sobre si la exoneración del general fue realmente una decisión basada en la falta de pruebas o una medida política para mantener la estabilidad con las Fuerzas Armadas.
