Marcha Z deja heridas, choques y dudas: entre la versión oficial y lo que vieron los jóvenes

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La marcha de la Generación Z.

LANOTA.MX– La movilización de la llamada Generación Z reunió el sábado a miles de personas en el Centro Histórico. Mientras el Gobierno capitalino sostiene que asistieron 17 mil manifestantes, organizaciones civiles cuestionan tanto la cifra como la actuación policiaca durante un día marcado por choques, detenciones y acusaciones cruzadas.

UNA MARCHA MULTITUDINARIA, PERO TAMBIÉN HETEROGÉNEA

El Gobierno de la CDMX reportó que alrededor de mil personas encapuchadas ingresaron al Zócalo y derribaron vallas frente a Palacio Nacional con herramientas metálicas. Sin embargo, asistentes y observadores independientes matizan el relato: la mayoría de los participantes —según dijeron— acudió sin intención de confrontación y quedó atrapada entre empujones, gases y la tensión creciente.

En contraste con el énfasis oficial en el llamado “Bloque Negro”, académicos y colectivos juveniles señalan que usar esa categoría para explicar toda la protesta simplifica un fenómeno más amplio: la irrupción de una generación inconforme que se moviliza contra el alza de precios, la falta de oportunidades y la violencia cotidiana.

LOS NÚMEROS DE LA VIOLENCIA

El saldo reportado por autoridades es de 120 personas heridas, entre ellas 100 policías y 20 civiles, además de 40 detenidos.
De los lesionados, 40 agentes requirieron hospitalización y al menos cuatro presentan traumatismos. La policía también reportó robo de escudos, golpes y el uso de artefactos explosivos caseros.

Pero el despliegue policiaco también está bajo la lupa: periodistas denunciaron agresiones, pedradas y robo de equipo durante la cobertura. El secretario de Seguridad, Pablo Vázquez, aseguró que Asuntos Internos ya investiga, aunque no precisó plazos ni posibles responsabilidades.

ACUSACIONES CRUZADAS Y UN MENSAJE POLÍTICO

En conferencia, el secretario de Gobierno, César Cravioto, no sólo defendió la actuación policial: acusó directamente a la oposición de haber convocado a grupos para “generar caos”.
Las declaraciones tensaron aún más el ambiente, pues organizaciones civiles reprocharon que el gobierno atribuya la violencia a motivaciones políticas sin presentar evidencia pública.

Cravioto insistió en que los agentes sólo “protegieron Palacio Nacional y repelieron agresiones”. No obstante, especialistas en derechos humanos subrayan que el gobierno capitalino ha oscilado entre dos posturas contradictorias: permitir protestas sin contención —como ocurrió el 2 de octubre— o responder con fuerza —como este sábado—, sin explicar con claridad los criterios que definen la actuación operativa.

PREGUNTAS ABIERTAS TRAS LA JORNADA

Más allá de los números oficiales, la marcha dejó interrogantes:
– ¿Hubo un uso proporcional de la fuerza?
– ¿Qué protocolos se aplicaron frente a periodistas agredidos?
– ¿Se verificará la legalidad de las detenciones?
– ¿Qué motivó realmente la participación masiva de jóvenes?

Mientras el gobierno capitalino habla de grupos violentos y conspiraciones políticas, colectivos juveniles resaltan un punto que aún no recibe respuesta: la protesta es síntoma de un malestar generacional creciente, no sólo un operativo fallido.

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