Paquita la del Barrio: Adiós a una voz indomable

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Paquita la del Barrio.

LANOTA.MX. Este 17 de febrero de 2025, la música mexicana perdió una de sus voces más emblemáticas. Francisca Viveros Barradas, conocida en el mundo entero como Paquita la del Barrio, partió dejando un eco imborrable en el corazón de sus seguidores. Su legado no solo está en sus canciones, sino en la actitud desafiante con la que enfrentó la vida.

UNA VIDA ENTRE DESDICHAS Y CANCIONES

Desde su infancia en Alto Lucero, Veracruz, la pequeña Francisca conoció la carencia y el trabajo arduo. Rodeada de pobreza y sin oportunidades fáciles, su voz se convirtió en su mejor arma. Fue en la escuela primaria donde sus maestros vieron en ella un talento especial, impulsándola a cantar en festivales. No imaginaban que aquella niña se convertiría en el símbolo de miles de mujeres que, a través de su música, encontrarían consuelo y fortaleza.

A los 16 años, creyó encontrar el amor en Miguel Gerardo, un hombre mucho mayor que ella, quien la abandonó por otra familia. La traición no solo dejó cicatrices en su corazón, sino que también encendió la rebeldía que más tarde plasmaría en letras inolvidables. “Rata de dos patas”, su himno de guerra contra el machismo, nacía de su propia historia.

DE LOS PALENQUES A LA ETERNIDAD

Con el sueño de ser cantante, Paquita llegó a la Ciudad de México y comenzó a cantar en restaurantes. Su nombre se hizo eco en los palenques y ferias, donde su presencia se convirtió en un evento obligado. En La Fogata Norteña, conocía a Alfonso Martínez, su último esposo, quien también le dejaría un sabor amargo por la violencia que vivió a su lado.

A pesar de los golpes de la vida, nunca dejó de cantar. Acompañada siempre de su inseparable mariachi, Paquita despotricaba contra los “hombres malvados” con la fuerza de su voz y una interpretación que erizaba la piel. “¡Me estás oyendo, inútil!”, se convirtió en un grito de batalla para muchas mujeres.

EL FINAL DE UNA ERA

En 2023, Paquita anunció su último palenque en la Feria del Caballo en Texcoco. La ovación fue atronadora. De pie, entre aplausos y lágrimas, dijo con voz quebrada: “Muchas gracias por haberme aguantado tanto tiempo, esos aplausos me los llevo hasta la tumba”.

Los últimos años no fueron fáciles. Su salud se debilitó por los problemas en el nervio ciático, pero eso no le impidió seguir en los escenarios mientras pudo. Paquita nunca se retiró del todo, porque su esencia estaba en la música y en la pasión de su público.

Hoy, el escenario queda en silencio. Se apaga la voz, pero queda el eco de su rebeldía. Paquita la del Barrio no solo cantó contra la injusticia, la enfrentó con cada una de sus letras. Sus canciones seguirán resonando en cada cantina, en cada fiesta, en cada corazón dolido que encuentre en su voz el consuelo que ella, con su historia, supo regalar.

Descansa en paz, Guerrillera del Bolero.

@LaNotaDeMéxico

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