CDG: El reinado de terror de Mario Ramírez Treviño, ‘El Pelón’ y su muerte en prisión

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp
Mario Ramírez Treviño, El Pelón, murió en una cárcel estadounidense.

LANOTA.MX. La historia de Mario Armando Ramírez Treviño, alias “El Pelón” o “X20”, es la de un hombre que hizo de la traición, la violencia y el asesinato su carta de presentación en el mundo del narcotráfico. 

Su carrera criminal inició a finales de los años noventa, cuando se convirtió en un operador de confianza de Jaime González Durán, alias “El Hummer”, un exmilitar que había cofundado la facción de Los Zetas dentro del Cártel del Golfo. En esa época, la organización controlaba amplias rutas de tráfico de drogas en el noreste de México, operando con una estructura jerárquica bien definida y una brutalidad sin precedentes.

TRAICIONES Y CONSOLIDACIÓN

En 2010, cuando Los Zetas se separaron del Cártel del Golfo, Ramírez Treviño optó por mantenerse en la estructura tradicional, alineándose con Samuel Flores Borrego, alias “El Metro 3”

Reynosa se convirtió en su base de operaciones, y desde ahí comandó el tráfico de cocaína, marihuana y metanfetaminas hacia Estados Unidos. Sin embargo, la estabilidad en el cártel se rompió en septiembre de 2011 cuando Flores Borrego fue ejecutado. Aunque las versiones oficiales nunca lo confirmaron, se presume que fue una traición dentro de la propia organización.

Con su antiguo jefe fuera del camino, Ramírez Treviño vio una oportunidad para ascender, pero el camino no estaba despejado. Otros líderes dentro del Cártel del Golfo comenzaron a disputarse el control, y lo que siguió fue una serie de purgas internas donde la lealtad se medía con sangre.

UN REINADO BASADO EN LA VIOLENCIA

A finales de 2012, las Fuerzas Armadas capturaron a dos de los líderes más poderosos del Cártel del Golfo: Mario Cárdenas Guillén y Jorge Eduardo Costilla Sánchez. Con sus principales rivales en prisión, Ramírez Treviño emprendió una brutal campaña para eliminar a cualquier otro posible opositor

Su objetivo más visible fue Miguel “El Gringo” Villarreal, conocido como “El Metro 4”. El 15 de enero de 2013, su cadáver apareció en Reynosa, y con ello comenzó un espiral de violencia sin precedentes.

La guerra intestina llegó a su punto más álgido en marzo de 2013. El 10 de ese mes, sus sicarios libraron una batalla campal contra la facción de Villarreal en Reynosa. Durante más de tres horas, la ciudad quedó sumida en el terror, con calles bloqueadas y decenas de cadáveres esparcidos en diferentes puntos. 

Los reportes oficiales hablaron de dos civiles muertos, pero fuentes extraoficiales elevaron la cifra a al menos 36, y algunas estimaciones superaron los 60 asesinatos en distintas localidades de Tamaulipas. Muchos cuerpos nunca fueron encontrados, pues los pistoleros de Ramírez Treviño se encargaron de hacerlos desaparecer.

Según informes de inteligencia, Ramírez Treviño no solo utilizó la violencia contra sus rivales dentro del cártel, sino que también tejió alianzas estratégicas para consolidar su poder. Se dice que, en un intento por sofocar la disidencia interna, buscó apoyo del Cártel de Sinaloa, lo que dejó aún más en claro su pragmatismo despiadado: la lealtad era solo un concepto efímero, y los aliados de hoy podían ser los enemigos de mañana.

CAPTURA Y EXTRADICIÓN

La escalada de violencia convirtió a Ramírez Treviño en un objetivo prioritario para las autoridades. En agosto de 2013, fuerzas federales lo ubicaron en Reynosa y lo detuvieron tras una intensa operación. Fue extraditado a Estados Unidos en diciembre de 2017, donde enfrentó cargos por narcotráfico y lavado de dinero. A pesar de su captura, el Cártel del Golfo nunca recuperó la cohesión que tuvo en sus años de gloria, fragmentándose en múltiples facciones que continuaron la guerra interna.

MUERTE EN PRISIÓN

A sus 61 años, mientras esperaba juicio en una prisión federal del Distrito de Columbia, Ramírez Treviño falleció el 13 de marzo de 2025. Las autoridades aún no han revelado las causas de su muerte, pero su desaparición marca el fin de una era de terror en el Cártel del Golfo.

La historia de “El Pelón” es la de un hombre que hizo de la traición su mayor arma y de la violencia su sello distintivo. Sus decisiones no solo definieron el rumbo del narcotráfico en el noreste de México, sino que también contribuyeron a una de las etapas más sangrientas de la guerra entre cárteles en el país. 

Ahora, su nombre quedará grabado en la historia del crimen organizado como un ejemplo más de cómo el poder dentro del narcotráfico es efímero y, casi siempre, termina de la misma forma: con la muerte o la prisión.

Síguenos en @LaNotaDeMéxico

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp