El Nobel de la Paz premia la valentía de María Corina Machado frente a la dictadura

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María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz.

LANOTA.–   En un salón cubierto de silencio solemne en Oslo, el presidente del Comité Noruego del Nobel pronunció un nombre que desató una ola de emoción en América Latina: María Corina Machado, la líder venezolana que durante más de dos décadas ha enfrentado la represión, el exilio forzado de sus aliados y la persecución judicial. La mujer que —como señaló el comité— “ha demostrado que las herramientas de la democracia también son herramientas de la paz”.

UN RECONOCIMIENTO A LA RESISTENCIA

El anuncio del Premio Nobel de la Paz 2025 no sorprendió tanto por el nombre, sino por el momento. Venezuela vive una de sus peores crisis políticas y humanitarias, y Machado se ha convertido en el rostro de la resistencia cívica. El comité la describió como una figura “valiente y comprometida, que mantiene encendida la llama de la democracia en medio de una oscuridad creciente”.

El galardón, dijeron los organizadores, reconoce su incansable labor en favor de los derechos democráticos del pueblo venezolano y su lucha por una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia.

“EL CORAJE CIVIL DE UNA MUJER”

Durante la ceremonia, el comité resaltó que Machado “cumple con los tres criterios establecidos en el testamento de Alfred Nobel”. Ha cohesionado a una oposición históricamente dividida, ha rechazado la militarización del país y ha apostado siempre por un cambio sin violencia.
“Como líder del movimiento por la democracia en Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en los últimos tiempos”, dijo Jorgen Watne Frydnes, presidente del comité.

En su declaración, Frydnes recordó que “Venezuela pasó de ser un país próspero a un estado autoritario, con represión, fraude electoral y persecución legal”, y que la persistencia de Machado “representa la esperanza de un futuro diferente, donde los derechos ciudadanos sean respetados y la voz del pueblo, escuchada”.

LA CAMPAÑA SILENCIADA

El recuerdo de las elecciones de 2024 sigue fresco. Machado fue candidata presidencial bloqueada por el régimen, pero en lugar de rendirse, apoyó a otro opositor, Edmundo González Urrutia, en una campaña vigilada por miles de voluntarios que desafiaron el miedo.
A pesar del acoso y los arrestos, la oposición documentó resultados que mostraban una victoria opositora. El régimen no los reconoció, pero el gesto selló la unión de un país cansado de la represión.

“Los esfuerzos de la oposición fueron innovadores y valientes, pacíficos y democráticos”, subrayó el comité, enfatizando que la democracia, más que un fin, es “el único camino hacia una paz duradera”.

UNA VIDA EN RESISTENCIA

Machado ha vivido escondida y amenazada, pero nunca ha abandonado Venezuela. “Su decisión de quedarse, de enfrentar al poder con palabras y organización civil, es lo que la convierte en símbolo de esperanza”, dijo el comunicado.

No es la primera vez que el mundo la reconoce. En 2024, ella y González Urrutia recibieron el Premio Sájarov, el máximo galardón europeo en derechos humanos. Pero el Nobel, con su carga histórica, la coloca junto a figuras como Malala Yousafzai, Lech Walesa y Nelson Mandela.

ENTRE LAS ESPECULACIONES Y LA CONVICCIÓN

Antes del anuncio, circularon versiones sobre la posible nominación del expresidente estadounidense Donald Trump, tras su propuesta de alto el fuego en Gaza. Frydnes desestimó cualquier presión mediática:
“Recibimos miles de cartas cada año. Pero este comité decide con base en el trabajo, no en la propaganda. En la sala donde deliberamos hay retratos de valientes, no de poderosos”, afirmó.

EL LEGADO DE LA PAZ

El Nobel de la Paz, único entregado en Oslo, se suma a los reconocimientos de esta semana en física, medicina, química y literatura.
El año pasado, el premio fue para Nihon Hidankyo, el movimiento de sobrevivientes de los bombardeos atómicos en Japón. Este año, la historia se traslada a América Latina, donde una mujer demostró que la paz también puede construirse desde la resistencia civil.

En Caracas, miles de venezolanos salieron a las calles para celebrar. Desde balcones y plazas ondearon banderas tricolores.
Hoy la esperanza tiene nombre”, escribió un joven en una pancarta improvisada.

María Corina Machado no habló de victoria, sino de compromiso: “Este Nobel no es mío. Es del pueblo venezolano que sigue de pie, con fe en la libertad y en la paz”.

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