LANOTA.MX. El mensaje es claro y brutal: los narcotraficantes mexicanos prefieren morir ejecutados por sus rivales que enfrentar la justicia en Estados Unidos. Así lo afirmó Jack Riley, exjefe de la Administración para el Control de Drogas (DEA), en una entrevista con NBC Chicago, en la que advirtió que la reciente extradición de 29 criminales a EE.UU. envía un mensaje contundente al crimen organizado.
LA EXTRADICIÓN QUE CAMBIÓ LAS REGLAS
En febrero pasado, México entregó a EE.UU. a 29 operadores de los cárteles más poderosos, entre ellos figuras clave del Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Golfo, Los Zetas y La Familia Michoacana. Entre ellos, destaca Rafael Caro Quintero, uno de los objetivos prioritarios del FBI.
Para Jack Riley, esta entrega no es solo una operación más, sino un golpe psicológico contra los narcotraficantes. “Ir a Estados Unidos y enfrentar la justicia aquí es un peor destino que recibir un disparo en la cabeza por parte de sus rivales”, sentenció el exjefe de la DEA, asegurando que el miedo a las prisiones estadounidenses es superior al riesgo de muerte.
CERO TOLERANCIA: EL MENSAJE A LOS CÁRTELES
El endurecimiento en la colaboración entre México y EE.UU. apunta a acelerar extradiciones y eliminar la burocracia que solía dar tiempo a los criminales para manipular el sistema. “No habrá demoras. El proceso se completará con mayor rapidez que nunca”, advirtió Riley, quien señaló que el gobierno de Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de demostrar su compromiso con el combate al narcotráfico.
¿PENA DE MUERTE PARA LOS NARCOS?
Aunque reconoció que muchos de los extraditados evitarán la pena de muerte en EE.UU., Riley fue tajante: “Me gustaría que eso cambiara”. Para el exagente, los capos deberían enfrentar condenas más severas, pues sus acciones han dejado un rastro de sangre y adicción en ambos lados de la frontera.
LA CAZA DE LOS GRANDES CAPOS
Con una carrera marcada por la persecución de líderes criminales, Jack Riley fue pieza clave en la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán y ha sido una de las voces más críticas contra los cárteles. Su libro Drug Warrior expone cómo la DEA ha librado una guerra sin tregua contra los barones de la droga y el impacto devastador de la crisis de opioides en EE.UU.
El mensaje está sobre la mesa: los narcos saben que si caen en manos de EE.UU., su destino será peor que la muerte. Las cárceles de máxima seguridad, las sentencias de por vida y la imposibilidad de comprar jueces o políticos los aterrorizan más que cualquier enemigo armado. Y con las nuevas políticas de extradición, el infierno que temen podría estar más cerca de lo que creen.
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