LANOTA.– Durante años, Ana Gabriela Rubio Zea construyó una sofisticada fachada de empresaria verde mientras tejía una red de tráfico de precursores químicos para la producción de fentanilo. Conocida como “Gaby”, se convirtió en pieza clave de Los Chapitos, la facción del Cártel de Sinaloa liderada por Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
DE ACTIVISTA A TRAFICANTE DE FENTANILO
En 2016, Rubio Zea fundó I-ECO Technologies, presentándose como defensora del medio ambiente con bolsas y pajillas biodegradables a base de fécula de maíz. Sin embargo, importaba clandestinamente N-BOC-4-Piperidona, esencial para sintetizar fentanilo, oculta en contenedores de alimentos y artículos de higiene.
El 17 de marzo de 2023, la Policía de Guatemala, con apoyo de agencias estadounidenses, detuvo a Rubio Zea en Ciudad de Guatemala. Vestida con cubrebocas y prendas de Gucci, fue capturada junto a Humberto Beltrán Cuen (“Don Chino”) y Sergio Antonio Duarte. Once días después, aceptó la extradición a EE. UU. y en julio llegó a Nueva York escoltada por la Fuerza Aérea Guatemalteca.
CARGOS Y RECOMPENSAS
El Departamento de Justicia de EE. UU. acusa a Rubio Zea de conspiración para manufacturar y distribuir 400 g o más de fentanilo, posible lavado de dinero y ofrece hasta un millón de dólares por información que facilite su condena. La OFAC la incluyó en su lista negra por «contribuir a la proliferación internacional de drogas ilícitas».

Mientras promovía sus productos “ecoamigables” y su lujosa vida en redes sociales, estableció contactos con las químicas SXPC y WSBT, usando documentos falsos y rutas complejas para abastecer al Cártel de Sinaloa.
UN CASO EMBLEMÁTICO
El desmantelamiento de la red de Ana Gabriela Rubio Zea revela cómo el narcotráfico evoluciona con empresas fachada y esquemas sofisticados de contrabando. Su historia marca un precedente en la persecución de redes financieras y logísticas al servicio del fentanilo.
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