LANOTA.MX.– La aerolínea bandera de México encontró una forma de aumentar sus ingresos a costa de sus pasajeros. Aeroméxico infló los precios de sus boletos de manera artificial, aprovechando estrategias que limitaron la oferta y manipularon la demanda para maximizar ganancias.
EL MECANISMO DE LA MANIPULACIÓN
Aeroméxico utilizó un algoritmo que ajusta los precios en tiempo real, detectando cuándo la demanda aumenta para subir automáticamente las tarifas. Además, restringió deliberadamente la cantidad de boletos disponibles en ciertas rutas y horarios clave, generando escasez artificial.
Cuando un usuario buscaba un boleto y regresaba minutos después para comprarlo, el sistema mostraba un precio mayor, obligándolo a pagar más bajo la ilusión de que la disponibilidad se reducía.
LA ESTRATEGIA DE LAS TARIFAS FLEXIBLES
La aerolínea aprovechó la política de tarifas dinámicas para justificar aumentos excesivos. En temporadas altas y momentos de crisis, como emergencias climáticas o cancelaciones masivas, los precios se dispararon hasta duplicar o triplicar su costo original.
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Incluso, en casos donde otros vuelos de la misma aerolínea se encontraban disponibles, Aeroméxico mantuvo las tarifas elevadas, apostando a la desesperación de los pasajeros que necesitaban viajar.
QUEJAS Y FALTA DE REGULACIÓN
Diversos usuarios denunciaron esta práctica en redes sociales y ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), señalando cobros abusivos y aumentos injustificados en los boletos. Sin embargo, la falta de regulaciones estrictas permitió que la aerolínea continuara con estas tácticas sin enfrentar consecuencias inmediatas.
Mientras otras aerolíneas adoptaron políticas de transparencia en precios, Aeroméxico siguió explotando su posición en el mercado para obtener más ingresos a costa de sus clientes.
EL IMPACTO EN LOS PASAJEROS
Los consumidores quedaron atrapados en un sistema diseñado para presionarlos a pagar más. Familias enteras, viajeros de emergencia y pasajeros frecuentes fueron víctimas de estos aumentos estratégicos, sin opciones reales para evitar el abuso de precios.
Ante esta situación, la pregunta sigue en el aire: ¿Hasta cuándo podrá Aeroméxico jugar con el bolsillo de sus clientes sin consecuencias?