LANOTA.- En un nuevo intento por contener la ola de violencia que sacude a la capital sinaloense, fuerzas federales y estatales lograron desmantelar una célula vinculada directamente a “Los Chapitos”, brazo armado del Cártel de Sinaloa que mantiene una sangrienta disputa interna con el grupo de “Los Mayos”.
El 20 de octubre, un operativo coordinado entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el Ejército Mexicano y la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa (SSPE) culminó con seis detenidos y un presunto delincuente abatido.
Entre los capturados se encuentran José Manuel Álvarez García, alias “El Mono Canelo”, y Juan Carlos, alias “El Chango”, identificados como operadores directos de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y actual líder visible del ala más violenta del cártel.
Durante la intervención, Luis Ezequiel Rubio Rodríguez, alias “El Morral”, señalado como jefe de la célula, murió al enfrentar a las fuerzas de seguridad en la zona de Desarrollo Urbano Tres Ríos, uno de los sectores más vigilados de la capital.
ARMAMENTO Y EVIDENCIAS ASEGURADAS
Las autoridades informaron el aseguramiento de ocho armas de fuego, entre ellas cinco rifles de asalto, una subametralladora y dos pistolas cortas, además de 12 cargadores, 150 cartuchos útiles y tres vehículos con blindaje artesanal.
De acuerdo con la SSPC, la acción fue resultado de trabajos de inteligencia militar y cibernética, que permitieron ubicar a los sospechosos tras semanas de seguimiento. El grupo se desplazaba entre residencias y bodegas en Tres Ríos, zona donde los “Chapitos” mantienen presencia logística y de almacenamiento de armas.
VIEJOS CONOCIDOS DE LA JUSTICIA
Tanto “El Mono Canelo” como “El Chango” no son nuevos en los registros criminales. Ambos ya habían sido detenidos y liberados por motivos procesales, un patrón que se repite en el combate al crimen organizado en Sinaloa.
“El Mono Canelo” fue arrestado en julio de 2025, acusado de reclutar sicarios y coordinar ataques contra “Los Mayos” en los límites de Culiacán y Navolato.
Mientras que “El Chango”, capturado en diciembre de 2024, era responsable del control de zonas de narcomenudeo y del rastreo de casas de seguridad enemigas.
Ambos retomaron sus operaciones tras recuperar la libertad, reforzando la estructura de “El Morral”, quien mantenía comunicación directa con Iván Archivaldo para coordinar ataques y traslados de droga.
UNA CÉLULA AL SERVICIO DE LA GUERRA INTERNA
La célula encabezada por “El Morral” formaba parte de la línea más agresiva de los “Chapitos”, involucrada en la disputa armada contra “Los Mayos”, el grupo histórico encabezado por Ismael “El Mayo” Zambada.
La rivalidad, que ha fragmentado al Cártel de Sinaloa desde 2022, ha provocado centenares de asesinatos, desapariciones y ataques armados en Culiacán, Guasave y El Fuerte.
Según fuentes federales consultadas, Culiacán se ha convertido en el epicentro de esta guerra interna, con células que actúan como franquicias criminales, compitiendo por el control de rutas de trasiego y laboratorios de fentanilo.
CONTEXTO POLÍTICO Y DE SEGURIDAD
El operativo ocurre en medio de una ofensiva del gobierno federal para contener la violencia sinaloense, tras los recientes hechos en el penal de Aguaruto, donde grupos de “Los Chapos” y “Los Mayos” continúan su pugna incluso tras las rejas.
El secretario Omar García Harfuch, quien ha encabezado la nueva estrategia de seguridad de la SSPC, afirmó que los recientes golpes a la estructura criminal “buscan debilitar los mandos medios” del cártel, responsables de la violencia cotidiana en las calles de Culiacán.
Sin embargo, expertos en seguridad advierten que cada captura de un líder operativo suele detonar una nueva oleada de ajustes de cuentas, lo que anticipa un escenario de mayor inestabilidad en las próximas semanas.
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