Mientras en el país vecino se juzgan las decisiones políticas en materia de combate al crimen, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum cuestionó en su conferencia de este 3 de diciembre “qué pasa cuando la droga llega a Estados Unidos?, ¿dónde están allá las incautaciones?, ¿dónde están las detenciones? Porque el mercado principal está allá”. Ambas posturas se dan en medio de tensiones entre los dos países norteamericanos en torno al combate al narcotráfico.
Un informe del Congressional Research Service –servicio de investigación del Congreso de Estados Unidos– refiere que las “elevadas muertes” por sobredosis de drogas en esa nación y las tasas de homicidio en México han llevado a algunos integrantes del parlamento a cuestionar la eficacia de la cooperación en materia de seguridad.
En 2007, Estados Unidos registró 27 mil 700 muertes por sobredosis; para 2023, cerró con 107 mil 450, un incremento de 387 por ciento. Del total de fallecimientos, las autoridades sanitarias del país vecino estiman que 69.4 por ciento estaban vinculadas con el consumo de fentanilo, dice “Cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y México: de la Iniciativa Mérida al Entendimiento Bicentenario”, elaborado por Clare Ribando Seelke, especialista en Asuntos Latinoamericanos.
En otros informes como “Illicit Fentanyl and Mexico’s Role”, El papel de México en el fentanilo ilícito, los analistas del congreso también vieron en la corrupción de instituciones aduaneras y de la justicia en México obstáculos en el combate contra esta droga, además de ratificar que tras la contingencia sanitaria por el Covid-19 dos organizaciones criminales se pusieron al frente del trasiego: el Cártel de Sinaloa, con especial énfasis en la célula de Los Chapitos, y el Cártel Jalisco Nueva Generación, los cuales fabrican grandes volúmenes de fentanilo ilícito de baja pureza en México y utilizan prensas para pastillas, a menudo importadas de China, para medicamentos falsificados y drogas como la cocaína con fentanilo”.

Asimismo, el último informe ratifica que desde 2019, México superó a China como la principal fuente de fentanilo en Estados Unidos, aunque los precursores químicos proceden en su mayoría del país asiático, pero son traficados por cárteles mexicanos del narcotráfico.