LANOTA. La noche del concierto pintaba para fiesta. En Zapopan, Jalisco, el martes 6 de mayo de 2025, el escenario estaba listo, las luces encendidas y el público expectante. Los instrumentos de Los Alegres del Barranco, una de las agrupaciones norteñas más populares del momento, arrancaban los primeros acordes entre gritos de emoción y celulares al aire.
Pero mientras la música corría, en el fondo del escenario comenzaron a proyectarse imágenes que, según la Fiscalía del Estado, cruzaron una línea peligrosa: las figuras aludidas en las visuales estaban presuntamente ligadas al crimen organizado.
Lo que ocurrió esa noche detonó algo más que euforia en el público. Encendió una investigación penal.
UNA FIESTA QUE TERMINÓ EN TRIBUNALES
Horas después del evento, la Fiscalía abrió una carpeta por apología del delito, y los reflectores se desplazaron del escenario a las salas judiciales. La mañana del 6 de mayo, el grupo completo fue citado a comparecer ante un juez penal en Puente Grande: cinco músicos, el representante de la banda y el promotor del evento.
Durante la audiencia inicial, el Ministerio Público presentó los primeros elementos de prueba. De acuerdo con la investigación, las imágenes proyectadas durante el concierto glorificaban o referenciaban directamente a un personaje ampliamente reconocido por sus vínculos con el narcotráfico. Según el artículo 208 del Código Penal Federal, este tipo de manifestaciones puede constituir delito si se considera que fomentan o justifican actividades ilícitas.
El fiscal pidió la vinculación a proceso y solicitó que los siete implicados quedaran bajo prisión preventiva justificada. Sin embargo, la defensa pidió una prórroga para reunir elementos de defensa. El juez concedió la ampliación del plazo constitucional, fijando el próximo lunes 12 de mayo como fecha para decidir si serán formalmente procesados.
ENTRE FIANZAS Y RESTRICCIONES
Mientras se resuelve su situación jurídica, el juez determinó que ninguno de los imputados podrá abandonar el estado de Jalisco. Además, deberán entregar, en conjunto, una garantía económica de un millón 800 mil pesos, es decir, 300 mil pesos por persona. Una cifra elevada que refleja la seriedad con la que se está tomando el caso.
Durante la audiencia, todos los acusados optaron por guardar silencio. Ni ante el Ministerio Público ni frente al juez se pronunciaron respecto a lo ocurrido en el concierto.
Pero los problemas legales del grupo no terminan ahí.
- Feminicidio con testigos: familia de Valeria pide revisar todo el video
- Otra vez Jalisco: Asesinan a tres instructores de la Embajada de E U en taquería de Tlaquepaque
- Sarampión se expande, 1,003 casos confirmados en semana 18: Epidemiología
- Sinaloa arde: guerra entre cárteles deja mayo sangriento con 80 muertos en 15 días
- Impuesto al 5 % de remesas del ‘Gran y Hermoso’ plan se desinfla en el Congreso
OTRA INVESTIGACIÓN EN PUERTA
Los Alegres del Barranco deberán volver a presentarse este jueves 8 de mayo en las instalaciones de la Fiscalía del Estado, ahora por una investigación separada. El nuevo caso tiene que ver con una actuación reciente en Villa Purificación, donde también se habrían registrado incidentes relacionados con contenido considerado apologético del delito.
Aunque no se ha detallado si ambos casos están conectados, fuentes cercanas a la investigación confirmaron que el Ministerio Público busca establecer un patrón de conducta en las presentaciones de la banda, lo que podría agravar su situación jurídica.
¿MÚSICA O PROPAGANDA?
La polémica desatada por este caso vuelve a poner sobre la mesa un tema incómodo: el papel de ciertos géneros musicales y espectáculos en la normalización de la violencia criminal. Si bien Los Alegres del Barranco no son los primeros en enfrentar este tipo de señalamientos, sí representan uno de los casos más visibles donde la justicia ha decidido actuar con fuerza.
Mientras sus fanáticos esperan un regreso a los escenarios, el grupo enfrenta su presentación más dura: una actuación ante la justicia, en un caso donde la línea entre la libertad artística y la glorificación del delito está más en disputa que nunca.
Síguenos en @LaNotaDeMexico
