LANOTA.– “Ella ya no está aquí para abrazarlo. Pero en el fondo… sentimos que por fin se encontraron”. Con estas palabras, el colectivo Madres Buscadoras de Sonora volvió a estremecer las redes, compartiendo una historia que duele y alienta a partes iguales.
Doña Aurora fue, durante años, el corazón de su vecindario. Dueña de una tiendita modesta, era amiga entrañable de la abuelita de quien la recuerda: “Tenía la mirada cansada, pero siempre te saludaba con una sonrisa amable”. Su vida se desmoronó con la desaparición de un hijo: primero la violencia le arrebató a su esposo; después, el silencio se tragó a su primogénito. Cerró la tienda para cuidar a otro hijo con discapacidad y salió a la calle, día tras día, a recolectar latas bajo el sol. “La recuerdas caminando horas, juntando latas con él. Así aguantaba el dolor. Así sobrevivía”, susurran los vecinos.
LA LUCHA QUE NO DESCANSA
La búsqueda incansable no cesó ni un solo amanecer. Doña Aurora hablaba de su hijo como quien aún espera un reencuentro: “Decía que lo soñaba, que lo sentía cerca”. Pero el destino le negó saber qué pasó. Murió con la incertidumbre clavada en el pecho.
Entonces llegó el momento que parecía imposible: en Hermosillo, durante una de las jornadas del colectivo, se hallaron seis cuerpos en una fosa clandestina. Y entre ellos, el de aquel joven que Doña Aurora nunca abrazó de nuevo. En su mano, la credencial de su madre: un lazo indestructible, aunque la muerte lo intentara romper.
“Ella pensó en él hasta el final. Y él… nunca la soltó”, decía el mensaje de las Madres Buscadoras. Aquellas mujeres que, pese a la indiferencia oficial y el riesgo constante, excavan con sus propias manos para devolver la dignidad a quienes murieron sin nombre.
Hoy, la banquita frente a la casa de Doña Aurora ya no tiene a su espíritu esperando. No hay latas que juntar ni tiendita que atender. Pero en ese pequeño memorial improvisado, entre las flores y las veladoras, late el consuelo de saber que, al fin, madre e hijo se encontraron. Y que, de algún modo, su historia iluminará el camino de otras familias que aún buscan la paz de un abrazo perdido. (Con información de Infobae)
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