Zacapela en el Senado: Alito y Noroña se agarran a empujones

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Empujones entre Alito Moreno y Fernández Noroña.

LANOTA. La sesión de la Comisión Permanente en la Casona de Xicoténcatl del 27 de agosto de 2025 terminó en un altercado físico entre Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado. El enfrentamiento se produjo justo después de la interpretación a capella del Himno Nacional, y quedó documentado en varios videos que rápidamente circularon en redes sociales.

V

RECLAMO POR LA PALABRA

Testigos relatan que Moreno se acercó a la mesa directiva exigiendo la palabra: “¡Te estoy pidiendo la palabra!”, gritó con evidente frustración. La legisladora Dolores Padierna intervino intentando separar a los involucrados, pero Moreno sujetó del brazo a Noroña con fuerza, generando un primer contacto físico.

EMPUJONES, AMENAZAS Y AGRESIONES

El conflicto escaló rápidamente. Moreno lanzó empujones y gritos: “¡Te parto tu madre, cabrn! ¡Te estoy pidiendo la palabra, hijo de la chingda!”, mientras Noroña trataba de retirarse. Emiliano González González, colaborador de Noroña, también fue agredido y pateado por Moreno mientras se encontraba en el suelo, evidenciando un patrón de violencia que trascendió lo verbal.

TESTIGOS Y REACCIONES

Entre los presentes, el legislador Rubén Moreira observó el conflicto sin intervenir. Otros asistentes fueron empujados al intentar calmar la situación. Noroña se declaró “indignado” y anunció que presentará denuncia ante la Fiscalía, mientras Moreno insistió en que el primer empujón fue realizado por el senador de Morena.

EL FONDO POLÍTICO DEL CONFLICTO

El incidente refleja la polarización creciente entre PRI y Morena, en un contexto de disputas por comisiones, agenda legislativa y percepción pública. Las tensiones se han intensificado por denuncias de corrupción, nexos internacionales y maniobras partidistas, que colocan al Congreso en un ambiente de confrontación abierta. Analistas señalan que este tipo de enfrentamientos físicos evidencia la fragilidad de la disciplina parlamentaria y la presión que genera la competencia por el control político y mediático.

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