LANOTA.MX. El aire en Sinaloa pesa. No es el calor húmedo del Pacífico lo que sofoca, sino algo más intangible, más oscuro. Es el miedo, un miedo que se ha infiltrado en cada rincón, en cada conversación, en cada mirada esquiva. Y ahora, ese miedo ha llegado hasta el Carnaval de Mazatlán, un evento que durante décadas ha sido sinónimo de alegría, música y tradición. Pero esta vez, la fiesta se ha teñido de sombras.
LA AMENAZA QUE LO CAMBIÓ TODO
Todo comenzó con una amenaza. No fue una simple advertencia, sino un mensaje macabro, acompañado por una cabeza humana dentro de una hielera. Las palabras, escritas en una narcomanta, eran claras y brutales: “Grupo Firme si tocan en el Carnaval de Mazatlán, los vamos a matar a todos, recuerden que ustedes viven en Tijuana, hasta al que pone las luces; los vamos a matar a todos”. No había lugar para la interpretación. Era una sentencia.
La noticia se extendió como un reguero de pólvora. Grupo Firme, la agrupación que ha llevado la música regional mexicana a nuevos horizontes, anunció la cancelación de su presentación. “Lamentamos profundamente informarles que la presentación de Grupo Firme para este primero de marzo en el Carnaval de Mazatlán queda cancelada”, decía el comunicado. Las palabras eran formales, pero detrás de ellas había algo más: una resignación silenciosa, un reconocimiento de que, en Sinaloa, el miedo manda.
EL CARNAVAL QUE PERDIÓ SU LUZ
El Carnaval de Mazatlán, con sus colores vibrantes y su música contagiosa, es un símbolo de resistencia cultural. Pero incluso aquí, en este santuario de alegría, la violencia ha logrado colarse. La amenaza no solo buscaba intimidar a Grupo Firme, sino enviar un mensaje a todos: nadie está a salvo. Ni los artistas, ni los técnicos, ni el público. El miedo no discrimina.
Las autoridades encontraron la cabeza humana en Tijuana, en un puente que conecta las zonas residenciales de Santa Fe y La Gloria. Un lugar que debería ser seguro, pero que ahora es testigo de la brutalidad que define estos tiempos. La narcomanta, con su mensaje escalofriante, comenzó a circular en redes sociales, amplificando el terror. No era solo una amenaza; era una demostración de poder. Un recordatorio de que, en Sinaloa, las reglas las escriben aquellos que operan desde las sombras.
LA DECISIÓN DE GRUPO FIRME
Grupo Firme, en su comunicado, habló de su equipo, de sus fans, de su familia. “El bienestar de quienes nos han acompañado en el camino: nuestra familia, que son ustedes, nuestros fans, es y siempre será lo más importante”, decían. Pero detrás de esas palabras había una pregunta que nadie se atrevía a formular en voz alta: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo el miedo seguirá dictando las reglas? ¿Hasta cuándo la violencia seguirá robándonos la música, la alegría, la vida?
EL SILENCIO QUE NADIE QUIERE NOMBRAR
El Carnaval de Mazatlán continúa, pero sin Grupo Firme. La música sigue sonando, pero ahora hay un vacío, un silencio incómodo que nadie quiere nombrar. Y mientras las luces del escenario iluminan a otros artistas, queda la sensación de que algo se ha perdido. No es solo un concierto cancelado; es un pedazo de libertad arrancado.
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En Sinaloa, el miedo no es una emoción pasajera. Es una presencia constante, un eco que resuena en cada esquina, en cada evento, en cada vida. Y mientras el Carnaval avanza, queda la pregunta: ¿qué más tendremos que perder antes de que algo cambie? Por ahora, solo queda el eco del miedo, un eco que no parece tener fin.
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