LANOTA.– La renuncia de Teresa Guadalupe Reyes Sahagún a la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), efectiva a partir del 31 de agosto, no tomó por sorpresa a los colectivos de familias buscadoras. Desde hace meses, diversas agrupaciones —como las Madres Buscadoras de Sonora— exigieron su salida por los magros resultados durante su gestión y la falta de empatía institucional.
Aunque en abril Reyes Sahagún se negó a dimitir ante estas críticas, su salida ocurre en un momento en que el gobierno de Claudia Sheinbaum busca mostrar apertura y reconstruir el vínculo con las víctimas. La Secretaría de Gobernación (Segob) ha prometido que su reemplazo será seleccionado mediante una consulta con colectivos, expertos y organizaciones civiles.
CRISIS DE CONFIANZA Y AUSENCIA DE RESULTADOS
Con más de 125 mil personas desaparecidas en México, el trabajo de la CNB ha sido calificado como insuficiente y desarticulado por familiares de víctimas. Las constantes denuncias por falta de personal, presupuesto y coordinación con fiscalías estatales han dejado una estela de frustración.
Además, el papel de la CNB se ha visto eclipsado por los hallazgos de los propios colectivos ciudadanos, quienes, sin apoyo estatal, cavan con sus propias manos en busca de sus seres queridos. La Comisión ha sido incapaz de responder con eficacia ni en operativos ni en identificación de restos.
UNA REFORMA AÚN PENDIENTE
Mientras se discute quién encabezará la Comisión, en el Congreso permanece pendiente la aprobación de la reforma a la Ley General en Materia de Desaparición y Búsqueda de Personas. El gobierno ha señalado que esta iniciativa es una prioridad para el próximo periodo legislativo, aunque los colectivos temen que sin voluntad política real, las modificaciones queden en el papel.
La propia presidenta Claudia Sheinbaum ha prometido un incremento presupuestal y nuevas herramientas tecnológicas, como el uso de biometría, imágenes satelitales y una Plataforma Única de Identidad, además de la creación de una Alerta Nacional de Búsqueda. Sin embargo, activistas advierten que ninguna herramienta sustituirá la voluntad de actuar con rapidez, transparencia y sensibilidad.
¿BÚSQUEDA CON VISIÓN HUMANITARIA O GESTIÓN BUROCRÁTICA?
El gobierno de Sheinbaum tiene una oportunidad de marcar un quiebre con el pasado. Sin embargo, los colectivos insisten en que la clave no es sólo quién encabece la Comisión, sino cómo y con qué herramientas trabajará. La CNB ha operado durante años como una institución rebasada, con escasa presencia territorial y limitada incidencia frente a la impunidad estructural.
La Segob ha presentado ya un plan de implementación para la nueva ley, incluyendo protocolo de seguridad para familiares, fortalecimiento de fiscalías especializadas y creación de una base nacional de carpetas de investigación. Pero mientras no haya justicia, identificación y castigo a responsables, el discurso oficial seguirá sonando lejano para quienes buscan a sus desaparecidos con sus propias manos.
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