LANOTA.- Zhi Dong Zhang no es un nombre que aparezca en los titulares de tabloides, pero su influencia corre por debajo de la superficie del narcotráfico global como un río subterráneo. Este broker de origen chino, pieza clave del Cártel de Sinaloa (CDS) y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se convirtió en un fantasma para la justicia tras escapar de custodia mexicana en julio pasado.
EL FUGITIVO INVISIBLE
UN VIAJE POR LA SOMBRA
Tras la fuga, Zhang no se limitó a cruzar calles; cruzó continentes. Intentó ingresar a Rusia, solo para ser rechazado, y luego llegó a La Habana con un pasaporte falso. En la isla, permaneció bajo custodia cubana, manteniendo en jaque a las autoridades mexicanas y estadounidenses hasta su recaptura reciente. Cada paso de su huida mostró meticulosamente su conocimiento de la geopolítica del crimen: rutas, identidades, fronteras.
EL BROKER DETRÁS DE LOS CÁRTELES
A diferencia de los capos que buscan notoriedad, Zhang operaba desde las sombras. Estudios avanzados, dominio de varios idiomas, redes empresariales internacionales y un entendimiento preciso de finanzas globales le permitieron mover precursores químicos y lavar dinero para los cárteles sin ser detectado durante años. Como señaló el periodista Óscar Balderas, “el verdadero poder en el narcotráfico moderno reside en los brokers; son quienes aseguran que los insumos lleguen a los laboratorios, sin llamar la atención”.
UNA RED GLOBAL DE CRIMEN
Su organización abastecía tanto a los CDS como al CJNG, extendiendo operaciones a Estados Unidos, Centroamérica, Sudamérica, Europa y Asia. Entre 2020 y 2021 movió decenas de millones de dólares mediante empresas fachada y más de 170 cuentas bancarias. Entre sus alias —“Li Gong Sun Chang”, “Ku Li Hernández”, “Summor Ownor”, “Brother Wang” o “Pancho”— se evidencia su pericia en escapar de jurisdicciones internacionales, confundiendo a autoridades y complicando cualquier intento de seguimiento.
EL FINAL (PROVISIONAL) DEL FUGITIVO
Con su recaptura en Cuba, México y Estados Unidos esperan avanzar en los procesos de extradición y justicia. Zhang enfrenta acusaciones por coordinar la exportación de más de 1.000 kilogramos de cocaína, 1.800 kilogramos de fentanilo y 600 kilogramos de metanfetaminas, además de manejar flujos ilícitos superiores a 150 millones de dólares al año.
La historia de Zhi Dong Zhang demuestra que, en el narcotráfico contemporáneo, la invisibilidad y la inteligencia pueden ser tan peligrosas como las armas. Escabullirse no es solo una habilidad: es un arte, y hasta ahora, Zhang lo ejecutó con maestría.
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