El yerno de ‘El Mencho’ “murió” para escapar, pero la DEA le tenía una sorpresa

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Con ayuda de El Mencho, El Guacho intentó engañar a las autoridades

LANOTA.MX.  La Cristian Fernando Gutiérrez Ochoa, conocido como ‘El Guacho’ o ‘Palomo’, tenía un problema: su nombre estaba en la lista de los hombres más buscados por el gobierno mexicano. Sabía que la cacería no se detendría fácilmente. Entonces, ideó una estrategia extrema: morir para sobrevivir.

Todo comenzó en noviembre de 2021, cuando orquestó el secuestro de dos agentes de la Secretaría de Marina en Zapopan, Jalisco. No fue un acto impulsivo, sino una represalia directa contra el gobierno por la captura de su suegra, Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). A partir de ese momento, ‘El Guacho’ se convirtió en un objetivo de máxima prioridad.

El gobierno mexicano solicitó a Interpol una ficha roja en su contra en septiembre de 2022. Sabía que sus días en México estaban contados. Más de un año después, desapareció del mapa de la única manera que podía asegurar su escape: fingiendo su muerte. Con la ayuda de su suegro, ‘El Mencho’, difundió la versión de que había sido ejecutado por mentirle al líder del CJNG. Un castigo brutal y creíble dentro del código del crimen organizado.

Pero todo era un montaje.

UN NUEVO HOMBRE EN CALIFORNIA

Mientras las autoridades mexicanas y estadounidenses cerraban el cerco, Gutiérrez Ochoa reaparecía con otra identidad. Se convirtió en Luis Miguel Martínez, un hombre sin pasado, sin registros migratorios y con un número de seguridad social que pertenecía a otra persona desde 1992. En septiembre de 2023, bajo esta nueva identidad, tramitó una licencia de conducir en California. Sin embargo, la historia no cuadraba: no había antecedentes de él en ninguna base de datos oficial.

El agente especial de la DEA, Kyle J. Mori, descubrió la farsa cuando comparó una fotografía de ‘Martínez’ con una imagen de ‘El Guacho’. El sistema de reconocimiento facial del Departamento de Seguridad Nacional confirmó lo que la DEA sospechaba: eran la misma persona.

La investigación se profundizó al analizar su residencia en Riverside, California. La propiedad, valuada en 1.2 millones de dólares, había sido comprada en efectivo a través de Pasión Azul, S.A. de C.V., una supuesta productora de tequila en Jalisco. Pero Pasión Azul no era una simple empresa: los registros mostraban más de 53 marcas asociadas con bebidas alcohólicas, muchas de ellas sin aparente actividad comercial.

Los detalles eran aún más sospechosos. La solicitud para registrar la marca Pasión Azul había sido hecha desde una cuenta de Hotmail, algo poco común en compañías de alto nivel. Los correos de los asociados tampoco coincidían, lo que sugería un intento deliberado de confundir a las autoridades.

EL FINAL DE LA FARSA

Las agencias estadounidenses montaron un operativo de vigilancia en Riverside. Finalmente, el 19 de noviembre de 2024, la DEA capturó a Gutiérrez Ochoa. En el Distrito Central de California, enfrenta cargos por conspiración para distribuir más de cinco kilogramos de cocaína y 500 gramos de metanfetamina, además de conspiración para lavar dinero del CJNG.

‘El Guacho’ intentó engañar al mundo con su muerte, pero la mentira no le duró para siempre. Ahora, su destino está en manos de la justicia estadounidense.

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