‘El Güerito’ y el 200, ambos integrantes del Cártel de Sinaloa.
LANOTA.MX. Las calles de Culiacán, Sinaloa, han sido testigos de innumerables historias de poder, traición y lealtades clandestinas. La tarde del 19 de febrero, en un operativo quirúrgico, una de esas sombras fue capturada. Su nombre: José Ángel “N”, pero en los bajos fondos lo conocían mejor como El Güerito.
EL HOMBRE QUE MOVÍA LOS HILOS
Por años, su identidad se había diluido entre los rumores, entre susurros que hablaban de su importancia dentro del círculo más cercano de Los Chapitos. Su nombre figuraba en expedientes clasificados, en listas de vigilancia, en conversaciones interceptadas que describían a un estratega meticuloso, capaz de trazar rutas internacionales para la distribución de fentanilo, cocaína y metanfetamina con una precisión quirúrgica.
Pero El Güerito no era solo un operador más; según autoridades estadounidenses, era también la mano derecha de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los herederos del imperio de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Su función iba más allá del tráfico de drogas: coordinaba seguridad, dirigía grupos armados y supervisaba el flujo del dinero que mantenía en pie la maquinaria criminal.
LA CAPTURA EN CULIACÁN
No era la primera vez que su arresto se mencionaba. Apenas semanas atrás, se había filtrado su supuesta detención, pero las autoridades de Sinaloa desmintieron la información. Esta vez, sin embargo, los helicópteros en el cielo de la colonia Las Quintas no dejaban dudas. La operación, meticulosamente ejecutada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional, terminó con El Güerito esposado y escoltado por fuerzas federales.
De acuerdo con los registros oficiales, su captura ocurrió poco después de las 5:00 de la tarde, dentro de un inmueble ubicado en la calle Estado de Chihuahua. Sin un solo disparo, el que hasta hace unas horas era un fantasma para las autoridades, había sido reducido a un hombre bajo custodia.
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UN HOMBRE MARCADO POR LA JUSTICIA ESTADOUNIDENSE
Desde noviembre de 2024, su nombre estaba en la mira de las autoridades de Estados Unidos. En documentos judiciales, su historial se delineaba con precisión: además de ser un operador financiero clave, El Güerito había financiado y dirigido a un grupo armado conocido como Los Chimales, quienes fungían como brazo protector del Cártel de Sinaloa y facilitaban el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.
Se le acusaba de estar directamente involucrado en la producción y distribución de cocaína, metanfetamina, fentanilo y marihuana, gestionando envíos multimillonarios que mantenían vivo el letal comercio trasnacional.
DESTINO INCIERTO
Tras su captura, El Güerito fue trasladado a la Ciudad de México, mientras en Culiacán el operativo continuaba con la vigilancia reforzada. Su destino es incierto, pero el historial de otros hombres con su nivel de influencia sugiere un camino que inevitablemente lo llevará a una extradición.
El narco mexicano ha visto caer a muchos de sus operadores, pero si algo ha demostrado es que siempre hay alguien listo para ocupar el vacío de poder. El Güerito ha sido capturado, pero la historia no termina aquí.
TAMBIÉN CAE EL 200
Además de la captura de José Ángel Canobbio Inzunza, alias El Güerito, las Fuerzas Armadas lograron otro golpe estratégico contra la estructura de Los Chapitos con la detención de Kevin Alonso Gil Acosta, conocido como El 200. Este último era pieza clave en la organización, pues tenía a su cargo la seguridad del líder de la fracción del Cártel de Sinaloa, además de coordinar la compra de armamento y municiones.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó la captura de El 200, resaltando la relevancia del operativo conjunto entre el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea Mexicana. A través de su cuenta de X (antes Twitter), detalló que el detenido era un miembro de alta jerarquía, encargado de la seguridad directa del líder de Los Chapitos y responsable del abasto de armas para la organización criminal.
Esta detención, junto con la de El Güerito, representa un duro golpe para la estructura operativa y de seguridad de Los Chapitos, dejando en el aire la incógnita de quién asumirá el control de estos roles estratégicos dentro del grupo criminal.
