LANOTA.– La muerte del menor Erick Leonardo, de apenas 13 años, durante un campamento organizado en Morelos por la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc, ha desatado una profunda indignación social y encendió alertas sobre la operación de escuelas militarizadas en México.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) confirmó que la institución no contaba con autorización para realizar dicha actividad, por lo que inició una investigación formal.
A través de un comunicado, la SEP expresó sus más sentidas condolencias a la familia del menor y anunció que este lunes 28 de abril realizará una visita de inspección a la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc. La revisión incluirá la verificación de su documentación legal y las condiciones materiales en las que ofrece sus servicios educativos.
“La Academia no realizó ningún trámite ante la autoridad educativa para solicitar los permisos correspondientes para llevar a cabo el campamento; en consecuencia, no otorgamos autorización alguna para su realización”, aclaró la dependencia.
Además, la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM), instancia desconcentrada de la SEP, informó que colaborará plenamente con las autoridades judiciales para esclarecer los hechos.
DETALLES DEL FALLECIMIENTO
El trágico hecho ocurrió el viernes 25 de abril. Según los reportes preliminares, Erick Leonardo presuntamente fue golpeado, pateado y arrastrado por instructores de la academia durante el campamento realizado en el estado de Morelos.
La necropsia oficial concluyó que el menor falleció a causa de golpes, presentando hematomas, daños en órganos internos y lesiones en los oídos. También se reportó que sufrió un paro respiratorio. Estas lesiones contradicen la versión inicial ofrecida por las autoridades de la academia, quienes argumentaron que el menor murió por causas naturales y atribuyeron el deceso a un golpe de calor.
La madre del menor, visiblemente afectada, declaró que la necropsia descartó cualquier muerte natural y denunció las condiciones de trato al interior de la academia. Según su testimonio, los instructores racionaban agua y comida a los alumnos, quienes también sufrían maltratos físicos como parte del entrenamiento.
POSICIÓN DE LA ESCUELA
Hasta el momento, la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc se ha limitado a emitir un breve comunicado en redes sociales, donde señaló que ha acompañado a la familia en su dolor, pero justificó su silencio argumentando que “no pueden dar detalles” porque la investigación sigue abierta.
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No obstante, el silencio institucional y las inconsistencias entre las declaraciones públicas y los hallazgos forenses han intensificado la presión pública para exigir una rendición de cuentas y justicia para Erick.
INVESTIGACIÓN EN CURSO
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México solicitó información a su homóloga de Morelos para integrar los expedientes. De manera paralela, la SEP instruyó a la AEFCM para colaborar plenamente con las autoridades ministeriales.
Hasta ahora, no se ha confirmado la detención de responsables, aunque el caso ya figura como un asunto prioritario tanto para la Fiscalía como para las autoridades educativas federales.
CONTEXTO Y REPERCUSIONES
Este lamentable caso vuelve a poner bajo escrutinio la operación de academias militarizadas, su regulación y la supervisión de sus actividades extracurriculares. Especialistas en derechos humanos ya han solicitado una revisión urgente a este tipo de instituciones educativas, argumentando que promueven prácticas que pueden derivar en abusos físicos y psicológicos.
El caso de Erick Leonardo podría marcar un parteaguas en la regulación de este tipo de academias en México, donde la falta de supervisión y la cultura de disciplina extrema han sido denunciadas en otras ocasiones sin que se tomaran medidas contundentes.
Mientras tanto, la familia de Erick exige justicia y el país observa atento al desenlace de esta investigación, que expone las graves fallas en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en espacios educativos.
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