LANOTA.– La cacería contra Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias El Chapito o El Tocallo, entró en una nueva fase. Este viernes, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su captura. El anuncio lo coloca en la lista de “Los más buscados” y confirma que, para Washington, los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán representan una de las mayores amenazas transnacionales.
EL ROSTRO DE UN HEREDERO
En la página oficial del ICE apareció su fotografía enmarcada en la etiqueta de “armado y peligroso”. Se trata del mismo joven sinaloense que, tras el arresto y extradición de su padre, se convirtió en el rostro más visible de la facción conocida como Los Chapitos, un ala del Cártel de Sinaloa señalada por autoridades estadounidenses como pilar en el tráfico de fentanilo hacia su territorio.

En un mensaje que sorprendió incluso por su tono, la agencia lo describió con cierta teatralidad:
“Él y sus hermanos se apoderaron de la facción de El Chapo del Cártel de Sinaloa, y a pesar de su mirada ardiente, este matón debe considerarse armado y peligroso”.
Un intento de narrativa oficial que mezcla la advertencia con un retrato casi literario.
UN REINO HEREDADO
Iván Archivaldo nació en Culiacán, Sinaloa, y desde joven fue vinculado a la vida delictiva. Su nombre ha estado ligado a episodios de violencia, fugas espectaculares y disputas internas del cártel. Junto con su hermano Jesús Alfredo Guzmán Salazar, por quien también se ofrece una recompensa de 10 millones de dólares, consolidó el mando de la organización tras la captura de su padre.
Ambos son acusados en Estados Unidos de liderar operaciones de narcotráfico a gran escala, con especial énfasis en el fentanilo, la droga que, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), ha provocado decenas de miles de muertes por sobredosis en personas entre 18 y 49 años.
UNA PRESIÓN CRECIENTE
El anuncio del ICE no es aislado. Forma parte de la estrategia más amplia de Washington para golpear a los cárteles mexicanos, endureciendo sanciones financieras y ampliando recompensas. Bajo la administración del presidente Donald Trump, la narrativa se ha reforzado: responsabilizar a Los Chapitos de una crisis de salud pública en Norteamérica.
En esa misma lista de buscados también aparece Juan José Farías Álvarez, El Abuelo, señalado como líder de Cárteles Unidos en Michoacán, acusado de homicidio y narcotráfico.
LA DEFENSA DE LUJO
Mientras el gobierno estadounidense incrementa la presión, los Guzmán Salazar han respondido en los tribunales. Contrataron a Jeffrey Lichtman, uno de los abogados de mayor prestigio en casos de crimen organizado, conocido por defender al propio Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York.
Lichtman ya representa a sus medios hermanos, Ovidio y Joaquín Guzmán López, lo que convierte a este letrado en una figura central de la estrategia legal de toda la dinastía Guzmán.
El periodista Arturo Ángel reveló que la designación de Lichtman marca un paso crucial: los Guzmán Salazar se preparan para una batalla judicial de largo aliento, justo cuando sus nombres aparecen con mayor frecuencia en los expedientes de las cortes federales.
LA SOMBRA DEL CHAPO
La historia de Iván Archivaldo no se puede contar sin la de su padre. El Chapo, recluido en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos, dejó tras de sí un legado de poder, violencia y símbolos que hoy se reconfiguran en sus hijos.
El más buscado de esta nueva generación ya no es sólo un hijo del capo más famoso del siglo XXI: es un líder señalado, con un precio de millones de dólares sobre su cabeza y en el centro de la guerra contra el fentanilo.
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