LANOTA.– Entre el 1 y el 14 de agosto, Sinaloa se convirtió en un tablero estratégico donde la seguridad y el crimen organizado jugaron una partida silenciosa. Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), reveló durante un acto de entrega de patrullas que 14 operativos coordinados en distintos municipios desnudaron un entramado de violencia que opera bajo el velo de la clandestinidad.
La coordinación no fue menor: Ejército, Marina, Guardia Nacional, Policía Estatal y la Fiscalía General participaron en despliegues que resultaron en la detención de 31 personas, 18 de ellas directamente vinculadas a un grupo responsable de hechos violentos recientes en el estado. Entre los arrestados, 15 pertenecen a la facción de Los Chapitos, mientras que los tres restantes aún permanecen en la penumbra de la investigación.
UN BOTÍN DE ARMAS Y DROGA QUE SORPRENDE
Los operativos no solo dejaron personas detenidas, sino también un arsenal de proporciones inquietantes:
- 51 armas de fuego
- 9 granadas
- Más de 11 mil cartuchos
- 500 kilos de metanfetamina
- Cerca de 300 cargadores
Harfuch aseguró que estas acciones buscan fortalecer a las instituciones de seguridad en Sinaloa, pero detrás de los números se percibe un mensaje: la capacidad de estos grupos para operar sigue siendo una amenaza latente.
CENTRO PENITENCIARIO AGUARUTO: UN ESCENARIO VIGILADO
La Guardia Nacional mantiene inspecciones permanentes en el Centro Penitenciario Aguaruto, donde la sombra del crimen se mezcla con los muros del encierro. Armas, cargadores, cartuchos y equipos de comunicación han sido confiscados, intentando romper los hilos invisibles que conectan a los internos con la violencia exterior.
NAYARIT Y EL DESMANTELAMIENTO DEL NARCOLABORATORIO
La intriga se extendió más allá de Sinaloa. En Nayarit, la Secretaría de Marina descubrió un narcolaboratorio vinculado a Los Chapitos. Localizado en Boca del Asadero, San Blas, el sitio guardaba 12 toneladas de metanfetamina, suficientes para producir alrededor de 320 millones de dosis, con un valor estimado de más de 3 mil 480 millones de pesos.
El operativo no solo significó un golpe económico al cártel, sino también un mensaje inquietante: incluso en zonas supuestamente controladas por las autoridades, la red del crimen sigue extendiendo sus tentáculos.
CULIACÁN, UN TABLERO DE SOMBRAS
Tres cateos adicionales en Culiacán permitieron el aseguramiento de 200 kilos de metanfetamina, reforzando la sensación de que Sinaloa se mueve entre luces y sombras, donde cada operativo desvela secretos, pero cada arresto abre nuevas incógnitas. La pregunta que persiste entre las calles y los pasillos del poder es: ¿cuánto de esta red aún permanece invisible?
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