LANOTA.- Por años, Eduardo Ramírez Tiburcio, alias “El Chori”, tejió un dominio delictivo que iba más allá de las calles del Centro Histórico. Su poder no sólo se medía en armas, droga o miedo, sino también en los vínculos afectivos que lo rodeaban. Las mujeres que amaron al líder de La Unión Tepito no fueron simples acompañantes: algunas se convirtieron en operadoras clave, otras en víctimas, y unas más, en rastros que lo llevaron a la cárcel.
EL AMOR COMO ESTRATEGIA DE PODER
Cuando se habla de los grandes jefes criminales, pocas veces se analiza su intimidad. En el caso de “El Chori”, esa esfera privada fue tan funcional como cualquier casa de seguridad. No eran relaciones comunes: sus parejas compartían una vida marcada por el lujo, el miedo, las amenazas y, muchas veces, la muerte.
Fue así como surgió el término “Las Novias de La Unión”, una expresión que refleja no sólo la cercanía afectiva con figuras del crimen organizado, sino también la implicación directa —voluntaria o forzada— en operaciones criminales.
EMILY GETZEMANI: REDES, RIQUEZA Y CAPTURA
Emily Getzemani Reséndiz tenía apenas 20 años cuando cayó junto a “El Chori” en Tlalpan. Con un hijo en común, y una vida aparentemente de lujos, fue su exposición constante en redes sociales —con armas bañadas en oro, autos de lujo y ropa de diseñador— la que ayudó a las autoridades a ubicarlos.
Emily fue detenida en marzo de 2024. Hoy enfrenta cargos por narcomenudeo y cohecho en Santa Martha Acatitla. Su perfil, para muchos, marcó el arquetipo de las mujeres que orbitan alrededor del poder narco: visibles, jóvenes, exhibiendo un ascenso rápido y peligroso.

MITZI “LA MITZI”: DE PAREJA A DELINCUENTE DETENIDA
Antes de Emily, estuvo Mitzi Yunuen Navarro, también conocida como “La Mitzi”. Tenía 26 años y un pasado ligado a “El Pozoles”, otro líder de la organización. Fue arrestada en 2021 con droga, armas y un estilo de vida que dejaba pocas dudas: viajaba en Porsche y Mini Cooper, y se exhibía como reina del barrio.
Fue la primera en caer. También fue enviada a Santa Martha.

ELIZABETH “LA TICHO”: EXESPOSA Y OPERADORA
En mayo de 2025, la exesposa de “El Chori”, Elizabeth Alfaro González, cayó en la colonia Morelos. No era sólo una figura del pasado sentimental: según la investigación, coordinaba extorsiones y distribución de drogas en nombre del capo. También es madre de dos presuntos miembros de la célula armada “Los Antrax”.
Cocaína, marihuana, armas y dinero fueron incautados. Su caída evidenció que en ausencia del jefe, las mujeres asumían el mando.

ATZÍN MOLINA: LA DESAPARICIÓN QUE NUNCA SE EXPLICÓ
El rostro de Atzín Molina Salinas, de apenas 19 años, permanece en los expedientes como una ausencia sin respuestas. Bailarina, estudiante del INBAL y con sueños de actuar en Los Ángeles, desapareció en 2019 tras asistir a un club en Zona Rosa.
Su madre aseguró que tenía una relación con “El Chori”. Hasta hoy, sigue sin aparecer. Hay una recompensa de 2 millones de pesos por información.

VALERIA, PAULINA Y LAS QUE NO SOBREVIVIERON
No todas terminaron en prisión. Algunas no vivieron para contarlo. Valeria Díaz, expareja de “El Alexis”, fue ejecutada a tiros en 2020 sin que nadie intentara robarle nada. Lo mismo ocurrió con Paulina Arreola, asesinada en una supuesta cita para vender zapatos.
Ambas compartieron algo más que el amor de un capo: murieron por estar demasiado cerca.

¿QUÉ SIGNIFICA SER “UNA NOVIA DE LA UNIÓN”?
De acuerdo con la SSC-CDMX, estas mujeres no eran decorativas: cumplían funciones estratégicas como administrar casas de seguridad, lavar dinero en negocios legales, actuar como señuelos o vigilar territorios.
Su juventud y apariencia las convertía en escudos perfectos, pasaban desapercibidas mientras ocultaban armas, trasladaban droga o acompañaban a los líderes para reforzar su imagen pública.
UNA ETIQUETA BAJO LUPA
Colectivos feministas han alzado la voz contra el término “novias de La Unión”. Consideran que revictimiza a muchas mujeres que pudieron haber sido cooptadas o utilizadas como pantalla. Organizaciones como “Nosotras Tenemos Otros Datos” denuncian que algunas eran menores o fueron manipuladas por los líderes.
“No eran todas delincuentes; algunas fueron víctimas”, señalan.
EL FLANCO DÉBIL DEL CAPO
En la historia de “El Chori”, el amor fue tanto su cobertura como su talón de Aquiles. A través de sus parejas escondió su paradero, operó con sigilo y protegió sus negocios. Pero también, por esas mismas mujeres, fue encontrado, detenido y expuesto.
En un mundo donde los afectos se usan como armas, las relaciones sentimentales dejaron de ser privadas: se convirtieron en estrategias. Y también en sentencias.
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