LANOTA.MX. La presidenta Claudia Sheinbaum utilizó su conferencia matutina para cuestionar la narrativa en torno al Rancho Izaguirre, en Jalisco, donde colectivos de búsqueda han denunciado la existencia de un campo de exterminio.
En un intento por desvirtuar las acusaciones, la mandataria pidió a los reporteros presentes que relataran lo que vieron durante su visita al sitio, dando espacio a periodistas afines que minimizaron la gravedad de los hallazgos.
Por su parte, el secretario de Seguridad Omar García Harfuch dio a conocer la repentina detención de “El Lastra”, supuestamente vinculado al reclutamiento, quien lo único que ha dicho es que el rancho era un campo de adiestramiento, pero no un campo de exterminio. Esta afirmación refuerza la narrativa oficial que busca desacreditar las denuncias de los colectivos de búsqueda y minimizar la magnitud de los crímenes cometidos en el lugar.
Sin embargo, la realidad de las madres buscadoras y especialistas contradice este intento de lavado de imagen. La doctora Yuriria Rodríguez, experta en crimen organizado y prevención del terrorismo, describió lo que encontró en el rancho: “Lo primero que vi fue un grupo de zopilotes revoloteando muy bajo, indicio visual de que hay restos humanos en putrefacción”. Según su testimonio, aún hay cuerpos sin desenterrar, evidencia que podría ser clave pero que las autoridades han intentado ocultar.
GERTZ NO SE APARECIÓ Y PRUEBAS MANIPULADAS
La indignación de los colectivos creció tras la cancelación de última hora de la visita del titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero. Se había anunciado su presencia en el rancho, junto con representantes de medios y organizaciones civiles, generando expectativas de transparencia en la investigación. No obstante, la cancelación repentina, sin explicaciones, dejó a los colectivos con una sensación de burla y menosprecio.
Raúl Servín, del grupo Guerreros Buscadores de Jalisco, no dudó en calificar el evento como un “circo”. “Las autoridades sabían que no asistirían, pero nos hicieron venir para luego dejarnos esperando. Es una farsa”, denunció.
Las sospechas de manipulación aumentaron cuando los colectivos descubrieron que algunas zonas del rancho, donde previamente se habían hallado hornos y restos humanos, habían sido modificadas. Ana González Villa, de Buscadoras Zacatecas, denunció que esos lugares estaban ahora cubiertos con cemento y aplanados. “Donde encontraron los hornos, ahora parece que le pusieron concreto, está cuadrado, muy parejo”, relató.
MONTAJE OFICIAL E INDIGNACIÓN DE VÍCTIMAS
Las autoridades impusieron restricciones severas a los colectivos, acordonando varias áreas y limitando su acceso a puntos clave. “Nos dijeron que el recorrido duraría solo 10 minutos y que entraríamos por grupos. Pero las madres no aceptaron, ese no era el trato”, explicó González.
Lejos de una inspección rigurosa, la visita pareció un espectáculo orquestado para minimizar los hallazgos previos. “Era como recorrer un museo o un zoológico. Al final, te decían ‘oiga, ya se puede regresar’. No era una investigación seria”, lamentó González.
Frustradas y engañadas, las madres buscadoras decidieron interponer una queja formal ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Ana González expresó su desesperanza al no poder dar respuestas a las familias zacatecanas que representaba: “Me siento decepcionada de no haber podido decirles que vimos algo o que encontramos algo. Nos cerraron las puertas”.
Mientras el gobierno intenta desviar la atención y ciertos sectores mediáticos actúan como voceros oficiales, las evidencias y testimonios de las víctimas revelan una verdad imposible de ocultar: en el Rancho Izaguirre, la tragedia es real, y la impunidad sigue siendo la norma.
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