LANOTA.- La madrugada de este jueves, el sacerdote Antonio Cabrera, prominente miembro de los Legionarios de Cristo y exdirector de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac Norte, fue detenido por la Fiscalía del Estado de México acusado de violación reiterada contra un menor de edad.
El arresto tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) cuando Cabrera regresaba del extranjero. Elementos de la Policía de Investigación mexiquense ejecutaron la orden de aprehensión girada el pasado 26 de mayo por un juez de Tlalnepantla, tras una denuncia interpuesta el 14 de enero de 2025. El sacerdote fue trasladado de inmediato al Penal de Barrientos, donde enfrentará cargos en una audiencia inicial.
UN CASO QUE REMUEVE VIEJAS HERIDAS
La figura de Antonio Cabrera no es menor dentro de la estructura de los Legionarios de Cristo: discípulo cercano del fundador Marcial Maciel, ahora se ve implicado en una acusación que revive el legado de abusos y encubrimiento que ha marcado a esta orden religiosa.
Cabrera dirigía hasta hace poco el Centro Anáhuac de Desarrollo Estratégico en Bioética, donde se presentaba como una autoridad moral en temas de ética médica y derechos humanos. Paradójicamente, ahora es señalado como responsable de crímenes que vulneran profundamente esos principios.
LA UNIVERSIDAD ANÁHUAC Y LOS SILENCIOS
La Universidad Anáhuac, brazo educativo de los Legionarios de Cristo, ha guardado silencio ante la detención de quien fuera uno de sus principales académicos en temas de bioética. No es la primera vez que esta institución se ve rodeada por casos vinculados a miembros con señalamientos graves, sin que existan posturas firmes ni llamados a rendir cuentas.
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UNA ORDEN MARCADA POR EL ESCÁNDALO
Los Legionarios de Cristo fueron fundados por Marcial Maciel, quien fue denunciado por múltiples casos de abuso sexual a menores durante décadas. El Vaticano reconoció formalmente su culpabilidad en 2006, pero no emprendió acciones legales, sino que lo confinó a una vida de oración. Desde entonces, la congregación ha sido acusada de encubrimiento sistemático, prácticas de manipulación psicológica y abuso de poder.
El caso de Antonio Cabrera confirma que el patrón de impunidad persiste, incluso entre generaciones más jóvenes que supuestamente estarían comprometidas con la reforma y la transparencia.
¿Y LA IGLESIA?
Hasta el momento, la Arquidiócesis Primada de México y la congregación de los Legionarios de Cristo no han emitido posicionamiento alguno. Tampoco hay señales de que se emprenderán investigaciones internas o mecanismos de reparación para la víctima. La detención, además, ocurre gracias a la acción de autoridades civiles, no eclesiásticas.
UN DOCTOR EN INFERTILIDAD, ACUSADO DE ABUSO
Antonio Cabrera ostenta un doctorado en Investigación Interdisciplinaria con una tesis sobre infertilidad en parejas. Su perfil académico y discurso público contrastan de manera alarmante con la acusación que ahora enfrenta. Para colectivos de víctimas y observadores críticos, esto solo subraya el cinismo con el que algunas figuras dentro de la Iglesia han operado durante años.
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