LANOTA.– En la madrugada del 5 de enero de 2023, Culiacán despertó con helicópteros sobrevolando la ciudad y un retumbar de disparos que estremeció a sus habitantes. Las fuerzas mexicanas capturaron a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, con la colaboración activa de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).
LA ALIANZA SILENCIOSA
Desde hace décadas, la CIA coordina directamente con unidades élite mexicanas, entrenadas y financiadas por la agencia estadounidense para operaciones de alto riesgo contra carteles de drogas. Según fuentes citadas por Reuters, estas unidades permiten que la CIA comparta inteligencia crítica y tecnología de vigilancia mientras México lidera las operaciones de combate.
Un funcionario estadounidense consultado declaró: “Nuestro papel ha sido principalmente de apoyo y provisión de información estratégica. Las fuerzas mexicanas lideraron las operaciones sobre el terreno, pero la inteligencia que proporcionamos fue clave para localizar a Ovidio Guzmán“.
A diferencia de la CIA, la DEA limitó sus acciones durante el operativo, cumpliendo estrictamente un rol de coordinación y monitoreo legal, sin intervenir directamente en el seguimiento o la captura.
OPERACIONES ENCUBIERTAS Y TECNOLOGÍA AVANZADA
La CIA desplegó drones MQ-9 Reaper, vigilancia satelital y recursos de inteligencia electrónica para seguir los movimientos de los carteles en México. Las autoridades mexicanas permitieron operar estos sistemas desde aeródromos locales, lo que facilitó identificar con precisión la ubicación de Ovidio Guzmán y coordinar su captura.
Un agente federal estadounidense aseguró:“Trabajamos detrás de escena, proporcionando imágenes y datos en tiempo real para que las fuerzas mexicanas actuaran de manera efectiva y segura“.
LA CAÍDA DE OVIDIO: UNA ESTRATEGIA CONJUNTA
La operación que capturó a Ovidio surgió de una coordinación meticulosa entre las fuerzas mexicanas y la CIA, mientras que la DEA observó y asesoró legalmente sin intervenir. Sin embargo, el Cártel de Sinaloa respondió inmediatamente, desatando enfrentamientos en distintos puntos de la ciudad, conocidos como el “Culiacanazo 2.0”.
El Secretario de Seguridad de México declaró: “La operación fue compleja y requirió máxima precisión. La colaboración internacional fortaleció nuestra estrategia, aunque cada agencia actuó dentro de sus límites legales“.
CONSECUENCIAS Y REFLEXIONES
La CIA ha generado debate sobre la soberanía nacional y los límites de la cooperación internacional. Si bien capturar líderes como Ovidio Guzmán reduce temporalmente el poder de los carteles, también fragmenta estas organizaciones y aumenta la violencia en ciertas regiones.
Analistas destacan que la DEA mantuvo un rol limitado, respetando la jurisdicción mexicana, mientras que la CIA participó activamente en inteligencia y coordinación operativa, un balance delicado que requiere transparencia y acuerdos claros para evitar tensiones diplomáticas.
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