LANOTA.– A un año exacto de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en El Paso, Texas, el caso sigue generando ondas sísmicas en ambos lados de la frontera. Pero esta vez, la disputa no es entre capos, sino entre un abogado mediático y la presidenta de México.
Jeffrey Lichtman, el polémico defensor de Ovidio Guzmán, volvió a arremeter contra la mandataria Claudia Sheinbaum, luego de que esta insistiera en que México debe recibir información clara sobre la situación jurídica de “El Mayo” Zambada.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum declaró que “vamos a seguir insistiendo” para que el gobierno de Estados Unidos transparente el caso. La detención de Zambada —aún no reconocida oficialmente por Washington— ha sido un tema opaco, incluso negado en algunos círculos oficiales, a pesar de los indicios crecientes de que el veterano capo fue arrestado junto con Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, el 25 de julio de 2024.
Pero Lichtman no dejó pasar la declaración presidencial. En tono sarcástico y crítico, respondió que “durante 50 años no tuvieron ningún interés en llevarlo ante la justicia en México. De repente, ahora que ya no está en México, no pueden dejar de pedir su regreso”.
UN ABOGADO, MUCHAS ACUSACIONES
No es la primera vez que el abogado se lanza contra el gobierno mexicano. El pasado 11 de julio, después de que Ovidio Guzmán se declarara culpable de conspirar para traficar drogas y participar en una organización criminal, Lichtman acusó a Sheinbaum de “actuar como el brazo de relaciones públicas de la organización de ‘El Mayo’”.
Además, calificó de “absurda” la crítica de la presidenta a Estados Unidos por haber negociado con el capo sin informar a México, especialmente cuando durante décadas, según el abogado, las autoridades mexicanas no hicieron esfuerzo real por capturarlo.
¿GUERRA DE NARRATIVAS?
La defensa de Ovidio Guzmán busca desmarcar al joven capo de las decisiones tomadas por la facción de “El Mayo” y aprovecha cada oportunidad para señalar supuestas contradicciones en el discurso oficial de Palacio Nacional.
Mientras tanto, Claudia Sheinbaum parece decidida a marcar un nuevo estilo de relación con Estados Unidos, uno que, al menos en el discurso, exige reciprocidad y respeto. Pero las palabras son una cosa, y la justicia internacional otra.
En medio de esta pugna, las familias que sufren la violencia del narcotráfico no han recibido más certezas que titulares incendiarios.
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