LANOTA.- La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) confirmó la detención de cinco personas vinculadas con un cementerio clandestino descubierto en una zona rural de Hermosillo, donde se hallaron 60 cuerpos. El hallazgo, considerado uno de los más graves en la historia reciente del estado, revela la magnitud de la violencia del crimen organizado en la región y la persistente problemática de desapariciones forzadas.
Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora ha esclarecido el caso de los cuerpos encontrados en la carretera 26
— Fiscalía de Sonora (@fgjesonora) October 15, 2025
-Hasta el momento se ha judicializado a siete probables responsables por el caso, donde fueron localizados los restos de 60 masculinos en un sitio de búsqueda… pic.twitter.com/tWULOLD6eG
El descubrimiento se realizó tras una investigación conjunta con el colectivo Buscadoras por la Paz, que desde principios de 2025 había comenzado a rastrear terrenos abandonados en la carretera 26, km 20. Según las autoridades, las víctimas fueron asesinadas por ajustes de cuentas del crimen organizado, lo que evidencia la influencia de grupos delictivos que operan en zonas rurales, muchas veces con poca presencia policial.
Hasta el momento, siete individuos han sido judicializados, mientras que otros dos cuentan con órdenes de aprehensión por homicidio y desaparición cometida por particulares. La FGJE emitió fichas de colaboración para facilitar su captura ante las instancias correspondientes.
Entre los detenidos se encuentran: Sergio Andrés “N”, Roberto “N”, Ángel Ubaldo “N”, Jesús José “N” alias “El Siete”, y Daniel Antonio “N”, quienes ya enfrentan procesos penales por su presunta participación en los asesinatos.
IDENTIFICACIÓN DE LAS VÍCTIMAS
La fiscalía confirmó que todos los restos fueron identificados mediante pruebas científicas y entregados a sus familias, ofreciendo un atisbo de cierre en medio del dolor y la incertidumbre que ha generado este hallazgo. El proceso de identificación permitió confirmar la magnitud del cementerio clandestino: 48 osamentas completas y dos restos óseos adicionales, lo que sugiere que al menos 50 personas fueron asesinadas y enterradas en este sitio.
Cecilia Delgado, líder del colectivo Buscadoras por la Paz, señaló que las labores de búsqueda continuarán:
“Vamos a seguir insistiendo, porque hay mucho que hacer y mucho terreno… tenemos que enfocarnos por dos o tres semanas”, afirmó, alertando sobre la extensión de los predios y la posibilidad de encontrar más víctimas.
CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL
Sonora ha sido uno de los estados más afectados por la violencia del crimen organizado en los últimos años, especialmente en zonas rurales donde la presencia del Estado es limitada. La aparición de cementerios clandestinos no es un fenómeno aislado: desde 2018, colectivos y autoridades han encontrado múltiples fosas con decenas de cuerpos, reflejando un patrón de desapariciones forzadas vinculadas a grupos delictivos que buscan mantener el control territorial y proteger sus operaciones ilícitas.
El hallazgo de Hermosillo se suma a la creciente preocupación por los efectos de la violencia en la sociedad civil, donde los familiares de desaparecidos suelen depender de colectivos para localizar a sus seres queridos, dada la lentitud de las investigaciones oficiales.
CRIMEN ORGANIZADO AL DESCUBIERTO
La FGJE enfatizó que los asesinatos se relacionan con ajustes de cuentas del crimen organizado, una práctica que se ha vuelto común en Sonora y otros estados del norte de México. El hallazgo revela cómo el crimen opera con total impunidad en algunas áreas rurales, donde la falta de comunicación y vigilancia permite que se cometan atrocidades sin testigos.
Las autoridades instan a los familiares de personas desaparecidas a acudir al Servicio Médico Forense para la identificación de restos, o a la FGJE para formalizar denuncias pendientes. Mientras tanto, las investigaciones continúan, con el objetivo de localizar a los responsables restantes y desmantelar posibles redes criminales vinculadas con estos homicidios.
Este caso evidencia la urgencia de reforzar la seguridad en las zonas rurales de Sonora y la necesidad de una política integral de prevención y búsqueda de desaparecidos, que combine esfuerzos del Estado, colectivos civiles y la sociedad para enfrentar la violencia que ha dejado un saldo escalofriante en la región.
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