Zitácuaro se tiñe de sangre infantil: la guerra del CJNG cobra otra víctima inocente

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Un niño resultó muerto y dos heridos en enfrentamiento.

LANOTA.-  La sangre volvió a correr, pero esta vez manchó los juguetes, las mochilas, los asientos traseros de un auto familiar. Un niño de apenas cinco años murió acribillado, sus hermanos de 4 y 10 años fueron heridos, mientras la guerra entre criminales se desató a plena luz del día, con un Estado que llegó tarde, otra vez.

EL INFIERNO EN ZITÁCUARO

Todo comenzó la tarde del 19 de junio. No fue una escena de película ni una misión militar. Fue la cotidianidad descompuesta de un país que se desangra. Grupos armados, presuntamente del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), desataron el caos en Zitácuaro: balaceras, vehículos incendiados, comercios atacados y familias enteras atrapadas entre los disparos.

Los enfrentamientos, según la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, se concentraron cerca del libramiento J. Múgica, junto a una agencia automotriz y detrás de la Central Camionera. Ahí, la violencia alcanzó a una madre de 25 años y a sus tres pequeños.

“NO ERA SU GUERRA”

La Fiscalía General del Estado confirmó que E.A.R.R., un niño de 5 años, murió a causa de impactos de bala mientras viajaba con su madre y sus dos hermanos. Los tres fueron llevados al Hospital Regional, donde el pequeño fue declarado muerto. ¿Su crimen? Estar en el lugar equivocado. ¿Su castigo? La muerte sin justicia. ¿Su futuro? Robado por la omisión del Estado.

Mientras tanto, los agresores seguían su camino de destrucción. Tres vehículos incendiados, tiendas OXXO baleadas, pánico en las calles y en las escuelas. En redes sociales, se difundieron videos de niñas y niños tirándose al suelo en medio de clases. México está enseñando a su infancia a sobrevivirle al narco.

RESPUESTAS TARDÍAS, SILENCIOS CÓMPLICES

Las autoridades desplegaron un operativo con Ejército y Policía Estatal después del desastre. Como siempre, después. Como siempre, sin resultados inmediatos. Según reportes de El Universal, los responsables estarían vinculados a William Edwin Rivera Padilla, alias “El Barbas”, jefe regional del CJNG, y el ataque habría sido una respuesta a recientes operativos federales.

¿Pero quién protege a la población mientras se enfrentan estos grupos armados y los gobiernos simulan combate al crimen?

EL DUELO QUE NO INDIGNA A TODOS

Los peritajes siguen, las tiendas cerradas, los padres aterrados, y una familia rota. Zitácuaro es hoy otro municipio enlutado, otro símbolo del fracaso rotundo de la estrategia de seguridad nacional. Porque este país llora a sus niños en silencio, mientras los criminales imponen sus reglas, sus venganzas y su impunidad.

¿Hasta cuándo vamos a seguir contando niños muertos en las estadísticas de una guerra que no pidieron, que no entienden, y que no eligieron?

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