LANOTA.– Una nueva acusación formal contra Naasón Joaquín García y otros cinco líderes de la Iglesia La Luz del Mundo sacude la esfera internacional, revelando una red criminal que operó durante décadas bajo la fachada religiosa. La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York y agencias federales estadounidenses imputan crimen organizado, tráfico sexual, explotación infantil y delitos financieros a los acusados.
UNA ORGANIZACIÓN CRIMINAL DE ALCANCE GLOBAL
Los documentos judiciales describen a los acusados —Naasón Joaquín García, Rosa Sosa, Azalia Rangel García, Eva García de Joaquín, Joram Núñez Joaquín y Silem García Peña— como miembros de la denominada “Empresa Joaquín LLDM”, que utilizó los recursos y la estructura de la iglesia para abusar sistemáticamente de menores y mujeres, obstruir investigaciones penales y realizar operaciones financieras ilícitas.
La acusación detalla que la red operó en México, Estados Unidos y otros países, y que produjo y distribuyó material de abuso sexual infantil.
DETENCIONES Y ACCIONES LEGALES
- Naasón Joaquín García cumple actualmente una condena estatal en California por abuso sexual de menores y enfrentó arresto en Chino.
- Eva García de Joaquín detuvieron en Los Ángeles; enfrentará comparecencia ante un tribunal federal en California.
- Joram Núñez Joaquín capturaron cerca de Chicago y presentarán ante la justicia en Illinois.
- Rosa Sosa, Azalia Rangel García y Silem García Peña permanecen en libertad, se presume en México, y las autoridades estadounidenses solicitarán su detención y extradición.
LA VOZ DE LAS VÍCTIMAS
El Fiscal federal Jay Clayton denunció que los acusados “aprovecharon la fe de sus seguidores para abusar de ellos” y que, al ser confrontados, intimidaron y silenciaron a las víctimas usando su influencia religiosa y poder financiero”.
El agente especial Ricky J. Patel, de HSI, destacó que la investigación, que duró varios años y contó con la colaboración de numerosas víctimas, pone fin a un ciclo de victimización. El agente especial del IRS-CI, Harry T. Chavis, Jr., calificó la organización como un “imperio criminal” que ocultó tráfico sexual, pornografía infantil, trabajo forzoso y delitos financieros bajo la fachada de la iglesia.
UN LLAMADO A LA JUSTICIA
Las autoridades enfatizaron la importancia de que la ciudadanía aporte información para enfrentar estos delitos. Patel instó a sobrevivientes y testigos a colaborar, asegurando que la Fiscalía hará que los responsables enfrenten la justicia.
Esta investigación demuestra cómo los líderes manipularon la fe y la confianza de cientos de personas para encubrir delitos graves, recordando que el abuso y la explotación pueden esconderse detrás de estructuras aparentemente legítimas.
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